Espero no ser la única a la que le resulta algo pesado
tener que tirar continuamente de los estudiantes más tímidos y atiborrarles a
preguntas para que contesten con frases de más de 4 palabras. En mi caso
concreto, aunque a algunos de mis alumnos les llevaba dando clase desde hacía
ya varios meses y conocían el vocabulario y las estructuras gramaticales
necesarias para formar frases más complejas, no conseguía que fueran capaces de
superar su timidez y expresar abiertamente sus opiniones más allá de un “sí,
estoy de acuerdo” o un no, “no estoy de acuerdo”.
Pues bien, para solucionar este problema se me ocurrió
empezar las clases jugando a “cara o cruz” para romper el hielo, y dio resultado. Tras responder los 5 o 10 primeros minutos de cada clase a preguntas
muy básicas y sencillas, los alumnos participaban en las actividades
posteriores más relajados y confiados. Después de jugar a este rompehielo y otros similares durante varias
semanas seguidas, noté que los alumnos más tímidos se habían acostumbrado a expresar
preferencias y opiniones y que ya lo hacían inconscientemente. Así que he
decidido compartir algunas de mis monedas con vosotros por si a alguno le puede
dar resultado.
Elige uno de los dos lados de la
moneda y explica el por qué de tu elección:
¿mar o montaña?
¿flor o árbol?
¿carta o email?
¿hotel o acampada?
¿exótico o tradicional?
¿sólo o acompañado?
¿soltero o casado?
¿hablar o escribir?
¿campo o ciudad?
¿libro o película?
¿cara o cruz?
¿gramática o comunicación?
¿móvil u ordenador?
¿restaurante o comida casera?
¿verano o invierno?
¿teatro o cine?
¿blanco o negro?
¿optimista o pesimista?
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